Estos centros de esplai son posible gracias a la implicación generosa y entusiasta de 3.500 monitores que hacen de la educación una de sus opciones vitales de juventud. Son jóvenes que en el MCECC optan por el esplai y esto se traduce en servicio a la educación de los niños, adolescentes y jóvenes, por causa del Evangelio, por el país, por el voluntariado, por la formación de los monitores y por la atención a los más débiles. Se hace realidad el bello eslogan: "¡En colonias, el verano es diferente!"
Es bueno no perder de vista las razones que mueven el trabajo educativo de nuestros monitores voluntarios y de nuestros centros de esplai y tandas de colonias:
- Adquirir valores y competencias como el entusiasmo, la alegría, la creatividad, el trabajo en equipo, la participación, la sostenibilidad, el espíritu crítico, el autoaprendizaje, el descubrimiento, etc.
- Beneficiarse de una propuesta educativa enriquecedora.
- Conocer las tradiciones, la cultura popular, el arraigo en el entorno y en el país.
- Descubrir la naturaleza, disfrutar de nuevos paisajes y adquirir el respeto por el medio ambiente.
- Formar parte de entidades y proyectos que se convierten en espacios inclusivos de libertad y de igualdad de oportunidades, y en los que se cuida a los más vulnerables.
- Disfrutar de la experiencia de conocer nuevas personas y hacer nuevos y buenos amigos y amigas.
- Participar en un ámbito lúdico y diferente de encuentro entre pequeños, jóvenes y adultos, donde cada uno es amado por lo que es.
- Encontrar un ambiente donde se vive con naturalidad la dimensión trascendente y sagrada de la vida y donde son propiciadas experiencias que desvelen la espiritualidad en general y la cristiana en concreto.
- Hacer experiencia de un marco de relación y un entorno saludable basado en el respeto, la tolerancia, la responsabilidad, el compromiso, la acogida y el valor único de cada persona.
- Vivir experiencias nuevas, divertidas y enriquecedoras que benefician la autonomía personal y el espíritu de servicio.